jueves, 12 de julio de 2012

Síntesis

Las personas no videntes que se desplazan dentro de la ciudad por medio de las diferentes cooperativas de trasnporte público son muchas veces victimas del irrespeto por parte de choferes. Además, se suma el hecho de que la sociedad ha naturalizado esta problematica haciendolo parecer como normal dentro de los tantos abusos por parte de los transportistas.



El ser parte de la sociedad quiteña nos abre las puertas a una cultura extensa, a ser parte de una ciudad historica patrimonio de la humanidad. Sin embargo; debemos preocuparnos por mejorar la calidad de personas y las relaciones con las demas personas y mas aun con las personas que mas necesitan.


No perdemos nada al ayudar a una persona no vidente a subir a un bus, al ceder nuestro asiento o al hacer que se respeten sus derechos preferenciales. Con solidaridad y alegria podemos hacer que las personas con capacidades diferentes no se sientan excluidas porque ellos tambien son parte activa y necesaria para el desarrollo de nuestra ciudad.

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